Si luego del primer día de clases, usted va por su hijo al jardín y le entregan un listado de tareas de pre-matemáticas, pre sociales y hasta pre escritura, no se asuste. Su bebé no creció durante la jornada de clases; tampoco los maestros están abusando de sus capacidades.
Tenga en cuenta que, según los expertos, la capacidad cerebral del niño se desarrolla casi un 70 por ciento antes de los dos años de edad. De ahí que los centros de educación inicial organicen un currículo que se supondría ‘muy avanzado’ ─y que no lo es─ para un bebé en nivel maternal (0 a 1 año), caminadores (1 a 2 años), párvulos (2 a 3 años) o un niño en pre jardín y jardín.
Y es que los pequeños no reciben complejas cátedras de cinco horas, sentados en un pupitre. Mucho menos pasan la mañana frente a un televisor o encerrados en un corral mientras llega la hora de la lonchera. Juegan e interactúan con sus compañeros, mientras identifican nociones básicas de matemáticas, términos del lenguaje, letras, colores, e incluso aprenden a cocinar; todo esto atravesado por la parte socio afectiva.
Tenga en cuenta que, según los expertos, la capacidad cerebral del niño se desarrolla casi un 70 por ciento antes de los dos años de edad. De ahí que los centros de educación inicial organicen un currículo que se supondría ‘muy avanzado’ ─y que no lo es─ para un bebé en nivel maternal (0 a 1 año), caminadores (1 a 2 años), párvulos (2 a 3 años) o un niño en pre jardín y jardín.
Y es que los pequeños no reciben complejas cátedras de cinco horas, sentados en un pupitre. Mucho menos pasan la mañana frente a un televisor o encerrados en un corral mientras llega la hora de la lonchera. Juegan e interactúan con sus compañeros, mientras identifican nociones básicas de matemáticas, términos del lenguaje, letras, colores, e incluso aprenden a cocinar; todo esto atravesado por la parte socio afectiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario