Educa a un niño con amor

Es muy importante que los niños, desde muy pequeños, aprendan, a través de sus padres y sus educadores, a respetar y a valorar la naturaleza. El amor por la naturaleza les llevará a amar y apreciar el mundo natural y a actuar en correspondencia con estos sentimientos, contribuyendo a su cuidado y preservación

jueves, 6 de mayo de 2010

INTRODUCCIÓN


EDUCAR A LOS NIÑOS POR UN MAÑANA MEJOR
Los niños son el futuro y por ello es fundamental su educación en todos los aspectos, incluyendo el tema del medio ambiente. A ellos más que a nadie les va a importar cuidar el Planeta.


Debemos hablarles de la importancia de un ave o de un insecto, enseñarles a desechar correctamente la basura y explicarles por qué no se debe tirar en la playa, en la calle o en el campo. En general, mostrarles cómo animales, plantas y todo lo que nos rodea, nos necesitamos unos a otros. A ellos les gusta aprender y más si son cosas importantes.


Es responsabilidad de todos que la educación sea eficaz. Además, promover una conciencia ecológica dirigida a los más pequeños es la manera más sencilla y efectiva de asegurarnos un mañana en el que los niños de hoy piensen en el planeta y lo cuiden mucho mejor de lo que lo hemos hecho nosotros.

COMO TRATAR A LOS NIÑOS


Cómo llevarse bien con los hijos
Tratar bien a los hijos, pedirles algo de una manera tal que ellos la interpreten y obedezcan, no es algo sencillo. Pero todo parte, muchas veces, de errores que cometen los adultos en el momento de dirigirse hacia ellos. Entablar una relación de respeto mutuo es fundamental en estos casos.
Tener una buena relación con los hijos no es nada fácil. Y mucho más si son pequeños. Usualmente comienzan a interpretar la vida a su manera, además de la educación que van recibiendo, y es lógico que no sepan captar algunas cuestiones socialmente establecidas en el momento en que te diriges hacia ellos.Los niños, por ser niños, tienen sentimientos profundos y fácilmente estimulables. Cualquier cosa que les digas puede llegar a ser mal interpretada y causar una mala impresión en ellos. Por eso mismo, hablarles desde el respeto y la consideración es fundamental para que puedan tener una relación satisfactoria.

EL JUEGO COMO APRENDIZAJE




Educar a los niños a través del juego se ha de considerar profundamente. El juego bien orientado es una fuente de grandes provechos. El niño aprende porque el juego es el aprendizaje y los mejores maestros han de ser los padres
Como adultos tendemos a pensar que el juego de los niños es algo demasiado infantil como para convertirlo en parte importante de nuestra vida, y no es así. Para los niños, jugar es la actividad que lo abarca todo en su vida: trabajo, entretenimiento, adquisición de experiencias, forma de explorar el mundo que le rodea, etc. El niño no separa el trabajo del juego y viceversa. Jugando el niño se pone en contacto con las cosas y aprende, inconscientemente, su utilidad y sus cualidades.
Los estudios de la historia de los juegos demuestran las funciones de la actividad lúdica de la infancia: biológicas, culturales, educativas, etcétera. Los juegos marcan las etapas de crecimiento del ser humano: infancia, adolescencia y edad adulta. Los niños no necesitan que nadie les explique la importancia y la necesidad de jugar, la llevan dentro de ellos.

DESARROLLO DEL LENGUAJE


El desarrollo del lenguaje comienza durante los primeros meses de vida cuando el bebé reacciona a los sonidos en su alrededor. Los padres pronto aprenden a reconocer los diferentes llantos de su bebé que significan diferentes necesidades. Para la edad de tres o cuatro meses, los bebés comienzan a hacer sus propios sonidos, los que se conocen como 'arrullo'. Los bebés mayores comienzan a barbullar, repitiendo en serie sílabas tales como 'babadubiba'. Aproximadamente a la edad de un año, algunos bebés pueden pronunciar unas pocas palabras reconocibles, tales como 'papá' y 'mamá'.
Incluso en esta etapa temprana, hay mucho que puede hacer para estimular el desarrollo del lenguaje en su bebé. Comience hablando con él tantas veces pueda mientras le dé de comer, le bañe y le cambie el pañal. Pronuncie el nombre de su bebé cuando hable con él y haga diferentes expresiones con la cara. A partir de la edad de seis meses, también puede comenzar a leer libros a su bebé. Su hijo está escuchando todo lo que dice.

IMPORTANCIA DEL NIÑO EN DESARROLLO PREESCOLAR


INTRODUCCIÓN
Entre los 3 y 6 años, los niños experimentan un desarrollo extraordinario de sus habilidades y motivaciones para pensar acerca de lo que hacen, predecir el resultado de sus acciones, el lenguaje y recordar sus experiencias mostrando que las vivencias que adquieren en el preescolar son significativas para su crecimiento integral.
El presente trabajo ha tomado en cuenta antecedentes de estudios referentes a la importancia que tiene la educación preescolar en el auge psico-social de los niños, así como la trascendencia que tiene dicha educación para sus años futuros como estudiante regular. En el mismo se destaca la opinión de una serie de autores conocedores de la materia , con los que se quiso complementar la información referente a la parte psicológica y pedagógica del problema planteado.
De esta forma se espera que toda la información recopilada para desarrollar esta investigación sea satisfactoria y con ella se cumplan los objetivos señalados.

QUE DEBE ENSEÑAR UN JARDIN INFANTIL




Si luego del primer día de clases, usted va por su hijo al jardín y le entregan un listado de tareas de pre-matemáticas, pre sociales y hasta pre escritura, no se asuste. Su bebé no creció durante la jornada de clases; tampoco los maestros están abusando de sus capacidades.
Tenga en cuenta que, según los expertos, la capacidad cerebral del niño se desarrolla casi un 70 por ciento antes de los dos años de edad. De ahí que los centros de educación inicial organicen un currículo que se supondría ‘muy avanzado’ ─y que no lo es─ para un bebé en nivel maternal (0 a 1 año), caminadores (1 a 2 años), párvulos (2 a 3 años) o un niño en pre jardín y jardín.
Y es que los pequeños no reciben complejas cátedras de cinco horas, sentados en un pupitre. Mucho menos pasan la mañana frente a un televisor o encerrados en un corral mientras llega la hora de la lonchera. Juegan e interactúan con sus compañeros, mientras identifican nociones básicas de matemáticas, términos del lenguaje, letras, colores, e incluso aprenden a cocinar; todo esto atravesado por la parte socio afectiva.

EL JUEGO EN LOS NIÑOS



Introducción
Además de las necesidades físicas el niño tiene otro tipo de requerimientos: cariño y estímulo, cuya satisfacción es básica para su desarrollo mental y emocional.
Desde su primer día de vida el recién nacido es capaz de dar y recibir afecto y de relacionarse con otras personas. Esta interacción y el hecho de sentirse amado construirán su sentimiento de seguridad y de confianza en sí mismo.
Los lazos de afecto que se establecen en las primeras etapas de su vida, contribuyen a sentar las bases de las relaciones que tendrá en la vida adulta.
Los niños aprenden a través de la acción; por lo tanto, a medida que van creciendo, necesitan gozar de libertad para explorar y jugar. El juego es uno de los aspectos esenciales del crecimiento, favorece el desarrollo de habilidades mentales, sociales y físicas; es el medio natural por el cual los niños expresan sus sentimientos, miedos, cariños y fantasías de un modo espontáneo y placentero. Así mismo sienta las bases para el trabajo escolar y para adquirir las capacidades necesarias en etapas posteriores de la vida.
Durante la edad escolar, el niño requiere de ejercicio físico y de la recreación colectiva para fortalecer sus músculos y huesos, adquirir actitudes que favorezcan su convivencia, competencia e interrelación con los demás. El juego con otros niños favorece también el desarrollo de sus rasgos de carácter y personalidad. Por ello, la práctica constante de la actividad física y el deporte se hace indispensable para su pleno

LOS EDUCADORES Y LOS JUGUETES




En el centro infantil la utilización del juguete como medio didáctico o como objeto de conocimiento, ha de apoyarse en una sólida base respecto a las posibilidades que el juguete puede ofrecer, y de cómo usarlo para alcanzar los objetivos que se propone el educador en sus actividades pedagógicas.Realmente hablar de un juguete didáctico es casi una tautología, pues cualquier juguete, esté diseñado o no con propósitos de enseñanza, constituye en sí mismo un medio de conocimiento del mundo, y un objeto que propicia ese conocimiento.Por lo tanto, lo único que diferencia a un juguete didáctico de otro que no se dice que lo sea, es que el primero está dirigido y orientado conscientemente a la consecución de objetivos educativos y concretos, posibilitando dirigir la actividad lúdica de los niños y las niñas de manera organizada, sistemática y planificada, hacia un objeto específico. Por lo tanto, cualquier área de desarrollo puede tener juguetes didácticos, y cualquier inteligencia puede promoverse por ellos.Bien sea considerado como didáctico supuestamente concebido para el disfrute infantil, el uso del juguete en el centro infantil por parte de los educadores ha de tomar en cuenta ciertas consideraciones:El juguete, al igual que cualquier otro objeto de la cultura humana, no refleja directamente su función, sino que requiere de un aprendizaje progresivo, que se da generalmente en la actividad conjunta de los niños y niñas con los adultos. En este sentido, el juguete no enseña a jugar, aunque su fin sea muy evidente. Es el educador, con su paciencia y comprensión infinita, quien pone en contacto al niño y la niña con el mundo de los juguetes, y les enseña las acciones que están impresas en su significación.

¿POR QUÉ JUEGAN LOS NIÑOS?



El juego constituye en el niño su actividad central. Hace activo lo que muchas veces sufre pasivamente. El niño juega no sólo para repetir situaciones placenteras, sino también, para elaborar las que le resultaron dolorosas.Al jugar, el niño exterioriza sus alegrías, miedos, angustias y es el juego el que le ofrece la posibilidad de elaborar, por ejemplo, los celos hacia un hermanito en el juego con un osito, al que a veces besa y a veces pega. El juego le aporta una larga serie de experiencias que responden a las necesidades específicas de las etapas del desarrollo.Durante el primer año de vida, por ejemplo, los intereses se centran en el chupar, morder, explorar los juguetes, hasta la aparición de los dientes.Más adelante, el "jugar a la mamá o el papá", le permite identificarse con aspectos de ellos que contribuyen en la formación de la personalidad.A medida que van creciendo comienzan a jugar con los juegos reglados donde se observa cómo pueden competir, si aceptan o no las reglas, cómo reaccionan frente al ganar o perder, etc.Un niño que no juega nos hace pensar que algo que le está sucediendo, y si esta situación se repite frecuentemente se hace necesario una consulta.

LOS PADRES Y LOS JEGUETES


A los padres es bueno enseñarles, no solamente juegos y actividades, sino también como usar los juguetes en el hogar.Los hijos deben escoger libremente sus juguetes, por lo que los padres no deben imponerles sus propios gustos. Solo es aconsejable realizar alguna intervención cuando el niño o la niña seleccionan un juguete no adecuado para su edad y desarrollo. Los padres deben dejar jugar a sus hijos con sus juguetes. No es infrecuente que se le compre al hijo un juguete, y luego sea el padre o madre el que juegue con el objeto. Por otra parte, el juguete que se le compra al niño o niña es para su uso voluntario y no para tenerlo de exhibición. En más de una ocasión hemos conocido de casos en que la niña, por ejemplo, tiene una colección de muñecas con las que nunca ha jugado, pues los padres le han coartado su uso, porque "las rompen", o " ha costado mucho dinero".Los padres han de saber que el juguete más costoso no es siempre el mejor, y han de preguntar a los educadores respecto a cuales adquirir para sus hijos. También en ocasiones se ve a padres que compran un juguete que les parece "lindo", y que luego el hijo o hija no disfrutan, y dejan pasar por alto otro que realmente es fundamental para su desarrollo.Aunque se redunde, los padres han de saber que el juguete no enseña a jugar, y que deben enseñar a sus hijos las acciones lúdicas, en una actividad conjunta plena de afectividad, paciencia y comprensión.Los padres han de evitar en sus hijos la formación de una actitud consumista hacia los juguetes, y que no todo en la vida se puede tener.Los progenitores a su vez han de enseñar a sus hijos a compartir sus juguetes con otros amiguitos, y posibilitar el contacto grupal de los mismos.Padre y madre han de jugar indistintamente con sus hijos varones y hembras, y en ocasiones hacer de esto un evento que agrupe a toda su familia nuclear.Al igual que con los educadores, muchas otras recomendaciones pudieran darse a los padres para el mejor uso de los juguetes con sus hijos, vayan estos pocos consejos como un alerta inicial de los que han de tomar en cuenta en la educación de sus hijos.

musica de niños

http://www.youtube.com/watch?v=hMau8dQnkKk

miércoles, 5 de mayo de 2010

martes, 4 de mayo de 2010